Palabras del Lector
La Jornada
La CFE no se mide. Además del pésimo servicio que presta, y las tarifas que cobra a su libre albedrío, hoy agrega otro atropello más, llamando por teléfono a la casa de uno para recordar que se tiene un adeudo, cuatro o cinco días antes de que éste se cumpla. ¿No sería mejor que esos recursos que gastan en esta nueva modalidad los utilizaran para dar un mejor servicio y capacitar a los técnicos que se encargan de hacer las instalaciones y/o reparaciones? En nuestro vecindario, desde diciembre, no ha habido un solo mes en que no nos dejen sin luz hasta un día completo, y todo porque vinieron a hacer una instalación para un nuevo edificio e hicieron tan mal trabajo que a la semana se cayó el transformador, provocando un apagón en la cuadra y que un coche se incendiara. ¿Alguien se hizo responsable de esto? No. ¿Alguién le pagó los daños al propietario del auto? Y todavía tienen el descaro de invadir la privacidad de la casa de uno para recordar el adeudo. ¡Qué poca vergüenza! Perdón, pero es indignante contar con esta empresa que se dice de
clase mundial.
Hilda Martínez