La Jornada
Antonio Gershenson
En estos días hemos visto publicada una serie de problemas y denuncias de los llamados recibos
locosen el consumo de electricidad. Se trata de aumentos inmediatos del monto cobrado de varias veces su precio de la factura anterior.
Este problema no lo vemos en otras ramas de los servicios públicos. Ni en los recibos del teléfono, ni en los del gas, ni en los del agua. Tampoco es algo accidental, porque los
Tampoco parece algo planteado caso por caso, porque ocurren sin ninguna lógica. Por ejemplo, se le ha cobrado una fortuna a alguien de una vivienda en un poblado y con cuatro focos.erroresnunca ocurren en contra de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), siempre son contra el consumidor.
No es el único problema, hay otros que se traducen en recibos caros, pero si no se resuelve el asunto de los recibos
locos, el daño no sólo seguirá ocurriendo, sino que aumentará, como parece ocurrir al aumentar las quejas al respecto. En estas páginas lo hemos visto, en especial, en esta semana.
La CFE tiene un sistema de personal agresivo y que trata a como dé lugar cobrar, aunque el usuario no tenga recursos para pagar. La CFE tiene conflictos en barrios o colonias enteras. Fuera de la región central, tiene conflictos en zonas enteras de Chiapas, Tabasco y otros estados. Deben tratarse conforme al origen del problema, hay casos en que la tarifa se cobra cara en general y no por cómo sale cada recibo.
La CFE pierde un dineral con lo que les paga a las empresas privadas que le producen electricidad a partir del gas caro y de tarifas carísimas. Está endeudada hasta el cuello, y no le importa seguirse endeudando. Luego, trata de desquitarse de todo esto a partir de los recibos
locos, cuando no aumentos generales.
La solución. La solución no es sencilla, pero existe, claro que aplicándola. Sí, hay que cambiar las tarifas, eliminando por ejemplo la tarifa de alto consumo (TAC). Pero esto no basta, la TAC tampoco explica por qué aumenta la tarifa cinco o 10 veces de golpe. Se debe formar una comisión, que tenga capacidad técnica y también independencia absoluta de las autoridades, con poderes para:
–Revisar todo el sistema que procesa desde la entrada de consumos de cada usuario donde haya este problema, hasta el cálculo de aplicación de las tarifas y hasta la emisión de la factura. Se deben revisar los casos ya conocidos por las denuncias presentadas por diferentes canales. Se debe localizar dónde en el proceso, y cómo, se generó el altísimo recibo.
–Los que forman el aparato de cobro y presión sobre los usuarios no deben estar ni siquiera enterados de esta revisión, porque pueden ser parte interesada en la deformación. Cada caso que se compruebe como alterado, no sólo se debe corregir sino que se debe ir a fondo sobre cómo pudo ocurrir.
–La CFE debe recuperar, hasta donde pueda, los recursos perdidos por vías ilegales o anticonstitucionales. Debe recuperar sus funciones constitucionales, y llevar a cabo las que el artículo 27 de la Constitución le encomienda. Y que sea de ahí, no del desplume de los usuarios con recibos
locos, de donde venga el dinero.
La CFE debe recuperar, en general, sus funciones originales para las cuales se fundó. Durante años, la CFE construía plantas eléctricas, líneas de transmisión y otras instalaciones para la industria. Cuando se nacionalizaron las empresas extranjeras en 1960, el personal electricista cobró un papel fundamental. Ahora se contratan no sólo compañías que entregan a alto precio la electricidad, sino con empresas privadas el mantenimiento de las instalaciones eléctricas de la región central, y la corrupción se multiplica. ¿Quién, y a cambio de qué o de a cómo, selecciona a esas empresas? Ya ni la simulación de concursos. Y luego que por qué sale todo carísimo. En este periódico se informó el martes 28 de febrero que la CFE tuvo el año pasado pérdidas por 17 mil millones de pesos, monto sin precedente. Y luego quieren recuperarse con los recibos
locos, más la corrupción.
Por si fuera poco, se pone en manos de particulares el manejo de los recibos y del sistema de cobro
automatizado. ¿Quién cobra y quién
resuelvelos problemas relacionados? La corrupción ya se privatiza también, y luego les llega indirectamente a los funcionarios públicos que decidieron qué empresa privada hace esto y lo otro.
Pero incluso eso se les hace poco. Ya también mostramos el 26 de febrero
la venta del futuro, que plantea comprometer la compra de gas a Estados Unidos, para el norte y el noroeste del país, durante los próximos 25 años. No les importa que les queden unos meses de gobierno y que por elemental responsabilidad no se debe comprometer nada de esto, más allá del próximo primero de diciembre.