15 junio 2013 | Desplegado* 
 
Para
 nuestro Sindicato fue fundamental apegarse a su larga tradición de 
lucha en el caso de la terrible agresión ilegal del 11 de octubre de 
2009, esto es, interponer de inmediato los recursos legales que protegen
 todavía nuestros derechos frente a la decisión del gobierno fascistoide
 de Calderón y acompañarlo de un plan de movilización enérgica de toda 
la base trabajadora.
Hubo
 sin embargo quienes dieron y dan todavía más importancia a reales o 
supuestas diferencias internas con los dirigentes,  que frente a la 
obvia agresión brutal del enemigo de clase,  y no sólo NO se sumaron a 
la única estrategia posible y votada en las asambleas, sino que 
aceptaron dócilmente doblegarse, invitando masivamente a la liquidación 
de los trabajadores, hicieron el triste papel de voceros del gobierno.  
A
 partir de ese día, la estrategia del SME nos ha permitido subsistir 
como Sindicato, no sólo políticamente sino formal y jurídicamente, 
impidiendo uno de los objetivos principales de FECAL, destruir al SME.
Es
 inaceptable que ex mienbros del Comité Central, que recién publicaron 
un par de desplegados, hayan promovido la liquidación de los camaradas, 
dejándolos en la total indefensión jurídica y provocando con esto la ya 
fracasada ruta hacia la desaparición del sindicato. En los hechos 
jugaron a la complicidad con Lozano y Calderón.
Para los trabajadores y jubilados de Luz y Fuerza el SME es nuestro único y máximo recurso de lucha.
Hoy
 aparecen esas voces caducas y claudicantes con un tibio discurso 
rogando por ser escuchados, pretendiendo ignorar y menospreciar la lucha
 de quienes estamos en la resistencia.
Hoy
 sobrevivimos formal y jurídicamente como Sindicato gracias a los más de
 16,000 camaradas en heroica resistencia, gracias a ellos los jubilados 
tenemos posibilidades de defensa legal, unificada y combativa, contra 
cualquier intención de agredir nuestras conquistas.
Más
 todavía, a partir del 17 de junio vamos nuevamente a votar libre y 
democráticamente y a refrendar nuestra afiliación y convicción smeítas. 
Esta supervivencia de nuestra democracia interna estatutaria es nuestra 
mayor fuente de vida y una de las mejores armas de negociación.