Domingo 28 de octubre de 2012
La Jornada en Línea.
Guillermo Almeyra
Mientras exista el
régimen salarial los trabajadores serán explotados o por los empresarios
capitalistas o por el Estado como capitalista colectivo y, por
consiguiente, deberán defenderse de ambos tratando de vender su
mercancía particular, la fuerza de trabajo, por un precio más alto y en
mejores condiciones. Para ello les convendrá unirse en grupos de
productores de esa mercancía, o sea, en sindicatos por rama y por
industria, para pesar más en el mercado frente a los capitalistas, que
hasta forman monopolios. Los sindicatos son así, por un lado, una
escuela elemental de unión y solidaridad clasista frente a los
capitalistas y al Estado y, al mismo tiempo, instrumentos de
incorporación de los trabajadores al sistema capitalista y de su
asimilación por la ideología de mercado, así como una herramienta de
dominación del Estado, en su acepción más amplia, y de control y
sometimiento de los trabajadores mediante la mediación entre el aparato
estatal, los capitalistas y las burocracias sindicales; éstas no son
obrerassino burguesas porque defienden y difunden la ideología de las clases dominantes.