Arturo Romo Gutiérrez. La jornada
Esta vez no te llamo
amigo sino hermano. El amigo se elige o abandona a voluntad. El hermano
es para siempre. En nuestro caso, hasta triunfar o perecer. Es el
destino de todo aquel que abraza una causa superior.
Nadie puede saber cuándo lograremos la victoria, pero ella
inevitablemente llegará. No sé si la vida nos alcance para ver el cambio
de la injusta realidad actual; si somos precursores o seremos
conductores de la transformación social. Con o sin nosotros, el nuevo
orden, que se encuentra en plena gestación, alumbrará.