Abril 29, 2013
Los analistas de la Mesa Política de Noticias MVS hablaron este lunes
sobre los nuevos compromisos adquiridos por gobierno y partidos en el
Pacto por México, y la necesidad de poner fin al uso de programas
sociales para apoyar campañas electorales.
Los partidos que suscribieron el Pacto por México exhiben una contradicción:
Por una parte se comprometen a impulsar reformas en acuerdo con el
gobierno de Enrique Peña, y por otra son adversarios electorales.
“Al final del día son adversarios electorales, competidores políticos y para eso están, para acceder al poder, tratar de conservarlos, y el Pacto por México va en contra del sentido de competencia de los partidos”, advirtió esta mañana la analista Denise Dresser durante su participación en la Mesa Política de Noticias MVS primera emisión, al lado de Sergio Aguayo y Lorenzo Meyer.
Los tres analistas centraron su discusión en el contenido del acuerdo anunciado esta madrugada entre el gobierno federal y los partidos PRI, PAN y PRD, dentro del llamado Pacto por México, para blindar los procesos electorales locales del próximo 7 de julio en varios estados del país.
El acuerdo fue anunciado diez días después de que el PAN destapó el Caso Veracruz,
al denunciar y presentar pruebas de que funcionarios federales,
adscritos a Sedesol, y representantes del PRI en Veracruz trabajaban en
la integración de una red electoral para que ese partido gane los
comicios de julio. Antes estos hechos, el PAN puso en duda su
permanencia dentro del Pacto por México.
El refuerzo del Pacto
Dresser, Aguayo y Meyer comentaron el documento del Pacto por México que, entre otros, establece criterios que normarán el perfil de los delegados del gobierno federal en los estados, y de las dependencias responsables de operar programas sociales.
La Mesa Política subrayó la importancia de la sociedad civil en la
vida política del país y su papel en la vigilancia de los procesos de
las instituciones y de los partidos. Sin embargo, Lorenzo Meyer enfatizó
que el IFE es la única instancia con facultades para actuar ante irregularidades en el proceso electoral.
Los efectos del #CasoVeracruz
Sobre la situación crítica para el gobierno de la república por la
denuncia penal de Acción Nacional por un conjunto de grabaciones de
funcionarios del PRI a nivel estatal que se organizaron para la
movilización de recursos públicos, el llamado Caso Veracruz.
Dresser estimó que este escándalo revela lo que el PRI piensa
respecto al Pacto por México: “Con una mano pacta, tiende el guante
blanco de la política consensuada, y con la otra mano instrumenta
estrategias para comprar el voto, lo que revela su naturaleza real”.
Sergio Aguayo recalcó que “es positivo que el Pacto por México siga, por las reformas que se han consensuado, pero es malo que se siga festejando la impunidad”.
Agregó: “No dudo de la buenas intenciones que tienen los partidos
pero me parece poco realista la propuesta de acudir a la sociedad civil
para que los vigile… Lo que ahora el Pacto le pide a la sociedad que
haga, es lo que las autoridades debieran hacer desde siempre”.
Los analistas coincidieron en que “el Pacto no trata el fondo del
problema de la cultura de la compra y coacción del voto, y de la
corrupción”.
Por su parte, Lorenzo Meyer dijo que en el tema de la corrupción
federal y estatal, y el uso de recursos públicos para campañas
electorales hay mucho de por medio: “desde el principio de
la vida independiente de México las elecciones han sido dudosas, y
hemos llegado al siglo XXI y el problema histórico no lo hemos podido
resolver”.
Meyer afirmó también que “el PRI está funcionando de nuevo como partido de Estado, y un buen ejemplo es el estado de Veracruz, donde el partido y el poder ejecutivo funcionan simbióticamente”.
El historiador usó como ejemplo una instancia federal: “…hay una
secretaría de Hacienda priista que pretende investigar al mismo
PRI”,dijo.
Meyer advirtió también que la forma de gobernar del presidente Peña
Nieto es “voy derecho y no me quito y también es un gobierno de
intento y error”, como ocurrió con sus argumentos en los casos Atenco e
Ibero.
Finalmente, Meyer resumió que la política que se sigue en México es:
“Si no me lo descubren, se hace política… si me lo descubren,
entonces doy dos pasitos para adelante y uno para atrás”.
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