La hecatombe toca a las puertas
El ruinoso estado en que los gobiernos panistas dejaron al sector eléctrico del país —incluida la extinción de Luz y Fuerza— empieza a provocarle verdaderos cortos circuitos a la nueva administración que aún sin digerir el tamaño de la tragedia, encuentra en el alza a las tarifas un pequeño recoveco en el callejón sin salida en que se encuentra la Comisión Federal de Electricidad (CFE), cuyo titular, Francisco Rojas, admite pérdidas netas durante su operación en el primer trimestre del año, superiores a los siete mil millones de pesos.
La hecatombe, la quiebra absoluta, toca a las puertas de la “Empresa de Clase Mundial” del calderonismo; baste sumar a los crecientes déficits del presente año, los números rojos acumulados al cierre del 2012 y que ascendieron, de acuerdo a las cifras dadas a conocer por los nuevos funcionarios de CFE, a 19 mil 215 millones de pesos.
Tan
negro escenario nos remite de forma inevitable a concitar las
expectativas anunciadas con tan rumboso despliegue publicitario por el
expresidente Felipe Calderón, cuando dio a conocer, en octubre del 2009,
el decreto de extinción de Luz y Fuerza, empresa que, dijo, era
gravosa para las finanzas del país.
Dos
fueron las promesas del exmandatario, tras dejar en la calle a 44 mil
electricistas: bajarían las tarifas y se mejoraría el servicio. Ambos
compromisos nunca se han cumplido y, de ribete, la entidad que el
gabinete panista —incluido el ahora senador Javier Lozano Alarcón—
ponía como ejemplo de modernidad y eficiencia, está en la peor de las
insolvencias financieras.
Por
si esto no bastara en la lista de errores y deficiencias, la
procuraduría del consumidor ha otorgado a CFE el bien ganado título de
“Empresa Líder en Quejas”, durante los primeros meses del año. La causa:
los innumerables cobros ilegales o “recibos locos” que aplica sin ton
ni son a miles y miles de usuarios.
El
alza del 8.4 por ciento que ya ha empezado a aplicarse en este mes de
mayo, afectará principalmente a empresarios de diversas ramas como la
alimentaria, que utilizan altos consumos de energía eléctrica en sus
procesos de transformación.
Y
lo que son las cosas, la iniciativa privada que en su momento festejó
la extinción de Luz y Fuerza, ahora mira azorada cómo los errores
cometidos en el sector eléctrico terminan por elevar sus costos de
producción.
Claro
que como siempre sucede, no serán ellos los que paguen el incremento
más alto registrado en los últimos doce años en las tarifas de luz,
sino los consumidores de sus productos. El pueblo en general.
Es
hora de que el nuevo gobierno opere un cambio de timón en el sector
eléctrico porque el camino heredado de los panistas, más que
demostrado, no es el correcto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario