Un esquema de cuatro nuevas filiales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se cocina en las secretarías de Gobernación y de Energía.
Funcionarios
de esas dependencias platican con el Sindicato Mexicano de
Electricistas la manera de poner fin al conflicto social, laboral, legal
y de servicio eléctrico que detonó el gobierno de Felipe Calderón,
cuando decidió extinguir a la paraestatal Luz y Fuerza del Centro.
Los
16 mil 599 trabajadores afiliados al Sindicato Mexicano de
Electricistas (SME), que no han aceptado su liquidación desde la
extinción de Luz y Fuerza del Centro, podrían regresar a sus lugares de
trabajo en los próximos meses. El diálogo que ha establecido el gobierno
de Enrique Peña Nieto con la dirigencia del SME podría concluir con la
incorporación de los trabajadores a la estructura de la CFE, pero en
nuevas filiales para la región centro del país.
En
el diálogo –iniciado el pasado 10 de abril cuando se reunió el
secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con el secretario
general del SME, Martín Esparza Flores– se han puesto sobre la mesa
algunas propuestas para reintegrar a la vida laboral a los obreros,
técnicos, ingenieros y administrativos de la antigua Luz y Fuerza del
Centro.
La
propuesta del gobierno federal para solucionar el conflicto social y la
crisis en el servicio eléctrico de la región centro del país incluye la
creación de cuatro empresas filiales de la CFE.
La
primera se encargaría de todos los procesos que implican la
comercialización de la energía eléctrica: tarifas, cobros, facturación,
quejas, cortes del servicio. La segunda estaría a cargo de la generación
y de las redes de transmisión eléctrica de la región centro. La
tercera, de la distribución a los usuarios a través de los tendidos
subterráneos y aéreos. La cuarta, del desarrollo tecnológico de fuentes
renovables de energía, como la solar y la eólica.
En
los diálogos que, luego de la primera reunión con el secretario de
Gobernación, han corrido a cargo del subsecretario Luis Enrique Miranda
Nava, el SME ha planteado la creación de una quinta empresa: la
encargada de las telecomunicaciones. Una más habría salido del diálogo
establecido entre el SME y el gobierno del Distrito Federal que encabeza
Miguel Ángel Mancera: una filial encargada de proporcionar de manera
integral el servicio eléctrico a las 16 delegaciones de la Ciudad de
México.
A
decir del líder de los electricistas, el pasado 10 de abril el
secretario de Gobernación les dijo que si la reunión no había ocurrido
antes era porque hasta ese momento el gobierno tenía propuestas reales
que ofrecer a los trabajadores.
“Eso
ha sido un cambio. A lo largo de todo el sexenio, la respuesta del
gobierno fue: ‘liquídense y luego vemos’. Ahora parece ser que hay una
voluntad política de resolver el conflicto”, reconoce Martín Esparza.
La
paraestatal Luz y Fuerza del Centro fue extinguida por decreto del
entonces presidente de la República Felipe Calderón, publicado en una
“edición especial” del Diario Oficial de la Federación
la noche del 10 de octubre de 2009 para ejecutarse en el primer minuto
del día siguiente, 11 de octubre. Policías federales y tropas militares
ocuparon todas las instalaciones y expulsaron a los trabajadores.
Algunos fueron retenidos y obligados a trabajar durante días para que no
se interrumpiera el suministro de energía.
El
gobierno federal justificó la extinción con el argumento de que su
manejo financiero y administrativo la había hecho inviable y de que la
Comisión Federal de Electricidad, a cargo del servicio en el resto del
país, era una “empresa de clase mundial”, tenía finanzas sanas y proveía
de mejor servicio.
El
SME desde entonces denunció que la extinción de Luz y Fuerza del Centro
tuvo como objetivos acabar con la organización gremial y sus conquistas
laborales y privatizar áreas del servicio energético en la región
centro de México.
Al
problema social generado sobrevinieron otros. Uno de ellos tiene que
ver con la violación de un convenio firmado entre el SME y el Sindicato
Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM),
el 15 de mayo de 1985. En dicho convenio, en el que firmó como testigo
el entonces presidente de la República, Miguel de la Madrid, se
delimitaban las zonas y materias de trabajo de ambas organizaciones. La
incorporación de facto de los trabajadores de CFE en el Distrito Federal
y los estados de México, Hidalgo, Puebla, Michoacán y Morelos violó el
acuerdo, que además tiene carácter de laudo emitido por la Junta Federal
de Conciliación y Arbitraje.
La
propuesta de la creación de las filiales de la CFE que emplearían a los
trabajadores del SME se discute en la primera mesa del diálogo abierto
entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y el SME: la recuperación del
trabajo para los integrantes del Sindicato. Las otras tres mesas son:
reparación de daño por derechos adquiridos suspendidos durante el
conflicto; libertad del último preso electricista, Jorge Ulises Uribe
Gaona, y la atención médica para los trabajadores.
“La
demanda central de nosotros –dice Martín Esparza al referirse al tema
de la primera mesa– es regresar a trabajar. ¿En dónde? Pues en el sector
eléctrico. ¿Con quién? Con quien ellos decidan: si es CFE o crean un
nuevo organismo no nos importa.”
Esparza
agrega que la materia de trabajo está ahí y la actividad económica se
sigue desarrollando. Sería discriminatorio negarles el trabajo a los 16
mil 599 trabajadores que, mayoritariamente, son técnicos, ingenieros y
obreros altamente calificados. “Toda nuestra experiencia laboral se ha
desarrollado en el sector eléctrico y podemos aportarla al país. A 3
años y meses de que compañías contratistas y la CFE se han hecho cargo
del servicio, vemos que no pueden mantener la continuidad del servicio
como lo teníamos nosotros”, considera.
Además,
el dirigente del SME demanda que se cumpla el convenio firmado entre
las organizaciones gremiales SME-SUTERM y se permita a los trabajadores
que representa hacerse cargo del servicio en la región centro.
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