Firmado por Klaus Ehringfeld y bajo el título de “La rabia de los estafados”, el amplio texto expone todas las irregularidades que la sociedad civil y diversas organizaciones han venido documentando para demostrar que en el proceso electoral mexicano hubo trampa y destaca cómo, por primera vez, la gente se ha levantado para defender su derecho a no ser manipulada.
La publicación de Spiegel Online va más allá y plantea que todos los partidos políticos fomentaron el fraude. Sin miramientos, pinta a México como una “república bananera” y como la “democracia” más cara del continente americano, cuyos mecanismos de control antifraude electoral estuvieron plagados de errores.
“Siempre que hay elecciones en México, la típica característica son las irregularidades. Ya sea porque de verdad hay manipulación o sólo por el temor y la desconfianza de los electores, pero quien en México vota y deposita su sufragio en la urna nunca puede tener la plena seguridad de que el sentido de su voto será respetado: los votos o se pierden, o son declarados como nulos, o simplemente son contados a favor de otro partido”, señala el semanario.
Para Spiegel Online “las trampas van desde la derecha hasta la izquierda”. Esto es, las tres fuerzas políticas principales habrían hecho uso de métodos poco honestos para hacerse de votos. Pero las dimensiones de éstas (las trampas) son diferentes en cada caso, aclara.
Además del PRI “también los otros partidos están bajo la sospecha de haber utilizado medios deshonestos: amas de casa que habitan en la zona conturbada de la Ciudad de México han informado que reclutadores del PAN intentaron comprar votos con dinero en efectivo. En otros estados del país, en pequeños pueblos, el PRD habría repartido también generosas despensas”.
Pero sin duda, el PRI sería no sólo el que realizó el mayor fraude, sino el que utilizó los métodos más sofisticados. “Esta fue la primera vez que vimos el uso del sistema del monedero electrónico. En esta ocasión la compra del voto se hizo de una forma bien calculada y sofisticada”, dijo en entrevista a Spiegel Oline Javier Osorio, director de Más Democracia, organización civil fundada hace dos años, justamente para observar las elecciones.
El
servicio informativo del semanario político de mayor influencia en
Alemania arremete también contra la autoridad electoral, el IFE, y
destaca el papel de la sociedad civil en la defensa del voto.
“Cuatro
días después de la elección todavía hay miles de mexicanos consternados
frente al intento de manipulación de los partidos, pero también por la
incompetencia de la autoridad electoral, el IFE.
“Pero a
diferencia del pasado, esta vez la gente se ha organizado: mediante el
uso de las redes sociales han subido video y fotos para documentar lo
sucio del proceso. El movimiento #YoSoy132 instaló, por ejemplo, un
campamento frente al Monumento a la Revolución en la Ciudad de México
para recolectar todas las quejas de los ciudadanos”, señala.
En voz de una ciudadana, la arquitecta María Casto, Der Spiegel Online
presenta un ejemplo de irregularidad documentada: en la sábana de
resultados de una casilla electoral de Querétaro aparecen claramente 70
votos para el PRD. El resultado de la misma casilla electoral, pero en
el conteo oficial del IFE, reporta para el PRD votos “no legibles”.
Un
ejemplo más: el conteo de una casilla en la Ciudad de México da a López
Obrador, según la sábana de resultados, 111 votos, pero en el conteo
oficial del IFE sólo aparecen 11 votos.
Así, la conclusión de Der Spiegel no tiene contemplación:“Siempre que México elige, inevitablemente aparece el caos. La segunda economía de América Latina recuerda más a una república bananera latinoamericana que a un país emergente. Así fue ya en el 2006 cuando Andrés Manuel López Obrador perdió por sólo 0.56 por ciento de los votos frente al actual presidente Felipe Calderón. En aquel entonces hubo una larga disputa ante los tribunales para lograr la legitimidad de la votación. Los seguidores de López Obrador tomaron y paralizaron una parte de la Ciudad de México; y Calderón tuvo que cargar durante los seis años de su gobierno con la duda de gran parte de la población sobre su triunfo”.
Esta vez, la historia no es diferente y como un caso extraordinario Klaus Ehringfeld narra con detalle el Sorianagate:
“El mayor escándalo es el monedero electrónico con el cual el PRI sedujo a los electores. Reclutadores del partido abordaron poco antes de la elección a miles de ciudadanos para prometerles monederos electrónicos con los que podrían realizar compras en una de las cadenas de supermercados más grande del país. A cambio, los electores debían entregar una fotocopia de su credencial de elector y después con una foto tomada desde su celular, comprobar que habían votado por el PRI. La recompensa era una tarjeta con 100 pesos de crédito, equivalente sólo a seis euros. Así de barato puede ser un voto en México”, señala.
Para rematar, resalta la gran paradoja: la de México es la democracia más cara de América Latina: “El Estado mexicano gastó alrededor de 13 euros (230 pesos aproximadamente) en cada voto. Según la Fundación Internacional para Sistema Electorales es la democracia latinoamericana más cara. Sólo para comparar: en Argentina cada voto cuesta 35 centavos de euro, mientras que en Brasil sólo 25 centavos”.
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