El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Foto: Octavio Gómez
Foto: Octavio Gómez
WASHINGTON.- En la dependencia federal que está siendo convertida en una supersecretaría –Gobernación–, dotada por consiguiente de un presupuesto descomunal, el gobierno de Enrique Peña Nieto pretende crear el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Su objetivo: recopilar la información que generen todas las instancias de seguridad y procuración de justicia de México, en el afán del mandatario priista de combatir con eficiencia al crimen organizado.
Funcionarios extranjeros que participan en el proyecto, ideado desde los tiempos de la campaña electoral del mexiquense, confían lo anterior a Proceso. Pero advierten: el problema es que no hay personal con los conocimientos necesarios para afrontar una tarea de esa magnitud, labor que varias agencias estadunidenses habían realizado con el aval del anterior gobierno federal.
Uno de los consultores estadunidenses contratados por el gobierno de Peña Nieto para la creación del CNI adelanta a Proceso: “Se trata de un plan innovador cuyo objetivo será la recolección de información de inteligencia entre todas las agencias de seguridad del Estado mexicano para realizar operativos más eficaces, menos vistosos y mejor coordinados contra el narcotráfico”.
Según el proyecto, el CNI estará bajo el mando directo de la Secretaría de Gobernación (Segob) y tendrá como “operador inmediato” al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). El propósito de Peña Nieto, dice el entrevistado, es emular las operaciones de inteligencia que realiza el gobierno de Estados Unidos con las tácticas y actividades de espionaje de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Peña Nieto y su equipo “quieren concentrar en una sola entidad, como se hace en los centros u oficinas de fusión que tenemos en Estados Unidos, toda la información de inteligencia que recopilan el Ejército, la Marina, el Cisen, la PGR y todas las demás dependencias federales y hasta estatales implicadas en la lucha contra el narcotráfico”, enfatiza el consultor, quien acepta hablar a condición de que se mantenga su anonimato.
Especialista en operaciones internacionales de inteligencia, el entrevistado comenta que con la creación del CNI Peña Nieto intenta cumplir con su promesa electoral de desmilitarizar de manera paulatina la lucha contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón.
“A nosotros nos parece una muy buena idea porque si se logra, antes de lanzar cualquier operativo contra cierto cártel, narcotraficante u objetivo del crimen organizado se estudiarán opciones, se plantearán escenarios y se definirán ataques conjuntos que –está comprobado– siempre dan mejores resultados que los enfrentamientos frontales”, apunta.
Continúa: “Cuando se lleve a cabo un operativo podrían participar juntos el Ejército, la Procuraduría General de la República, la Marina, la Gendarmería Nacional, policías estatales y municipales, pero siempre bajo las órdenes de un solo mando: la Secretaría de Gobernación”.
Las propuestas de campaña
Al asumir la Presidencia, Peña Nieto decidió prescindir de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, la dependencia favorita de Calderón, y adscribir a su personal a la Segob, lo que se concretó a principios de este mes.
Convertida en una supersecretaría, Gobernación concentra a partir del jueves 3 todas las acciones de seguridad y prevención del delito que antes ejecutaba la SSP. Y lo más importante: Absorbió también los 41 mil 217 millones de pesos asignados a la extinta secretaría para este 2013. Con ello su presupuesto se elevó a 62 mil millones 258 mil pesos, por encima incluso del que maneja la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que es de 60 mil 812 millones.
Poco después de ser declarado presidente electo, Peña Nieto pidió a Miguel Ángel Osorio Chong, quien hoy está al frente de esa superdependencia, contratar a consultoras estadunidenses especializadas en seguridad e inteligencia con un propósito definido: Que participaran con los colaboradores del mexiquense en la elaboración y definición de la nueva estrategia de combate al narcotráfico y al crimen organizado.
De acuerdo con otro consultor entrevistado por el corresponsal, “se canalizaron varias propuestas y al final se contrató a expertos estadunidenses altamente calificados en este campo, quienes trabajan con los colaboradores de Peña Nieto desde el 1 de diciembre”.
Dice, a condición de que se omita su nombre, que él y sus compañeros han viajado en varias ocasiones a la Ciudad de México para “agilizar el plan del establecimiento del CNI”, pues Peña Nieto quiere echarlo a andar poco después del primer trimestre de este año.
Según el entrevistado, Osorio Chong se coordina con su subalterno Eugenio Ímaz Gispert, director general del Cisen; él y los otros asesores estadunidenses trabajan a su vez con un grupo de funcionarios “jóvenes” de Gobernación.
Pero el consultor se alarma porque la mayoría de los funcionarios que trabajan en el proyecto del CNI –con edades que van de 28 a 35 años– “no tienen ni la menor idea” de lo que significan las labores de inteligencia y mucho menos de la elaboración y definición de operativos contra el crimen organizado o los narcotraficantes.
Otro consultor extranjero confía a Proceso: “Ese es el gran problema que tenemos. Esperamos que poco a poco Osorio Chong o el director del Cisen encuentren gente con más experiencia para la elaboración de un proyecto de gran envergadura como el que quieren desarrollar”.
Los expertos estadunidenses coinciden: La falta de gente con experiencia en la Secretaría de Gobernación y en el círculo cercano a Ímaz es el principal obstáculo para la creación del CNI.
Para ellos el único funcionario “con un poco de conocimiento” sobre los asuntos de inteligencia es Juan Carlos Foncerrada Berumen, economista que hasta hace unas semanas era delegado del Cisen en la embajada de México en Estados Unidos.
“Foncerrada Berumen sabe muy poco, pero de entre todos los funcionarios mexicanos que están involucrados en el proyecto hasta ahora, es el que sabe más”, comenta una de las fuentes.
(Extracto del reportaje que se publica en Proceso 1889, en circulación)
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