En entredicho, su honorabilidad y hasta el sentido común
Tras
 la monstruosidad jurídica engendrada por los ministros de la Corte en 
su fallo en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), una 
encuesta realizada por un diario de circulación nacional demostró  
claramente que la mayoría de los mexicanos desaprobaron el inexplicable 
proceder del más Alto Tribunal  que, en contraparte, dejó en libertad a 
la secuestradora francesa Florence Cassez. La atrocidad sigue siendo  
condenada por la sociedad en su conjunto, poniendo en entredicho la 
honorabilidad y hasta el sentido común de quienes integran el máximo 
órgano de justicia.
El
 país entero se pregunta, desde todos los ángulos de su indignación, si 
por su alta investidura un ministro  puede violar las leyes sin recibir 
amonestación o castigo alguno. Al respecto, es importante señalar que el
  artículo 110 constitucional establece el juicio político como el 
mecanismo jurídico con que contamos los  ciudadanos para fincar 
responsabilidades a quien, en su calidad de servidor público, incurra en
 violaciones a nuestra Constitución y a las leyes que de ella emanen.
La
 ciudadanía debe tener plena conciencia de que este instrumento jurídico
 y constitucional no es aplicable  sólo a los políticos; además, se 
puede hacer extensivo a los ministros de la Corte que falten a su alta  
responsabilidad.
El
 artículo 95 de la Constitución establece entre los requisitos para 
acceder al máximo cargo judicial, que los nombramientos de los ministros
 deberán recaer preferentemente entre aquellas personas que hayan 
servido  con eficiencia, capacidad y probidad en la impartición de 
justicia o que se hayan distinguido por su  honorabilidad, competencia y
 antecedentes profesionales en el ejercicio de la actividad jurídica. 
Perfil al que  están muy lejos de aspirar quienes desde el Alto Tribunal
 permiten el aniquilamiento del Estado de derecho y el deterioro del 
imprescindible equilibrio de poderes.
En
 la Cámara de Diputados ya se encuentra radicada una petición de juicio 
político en contra de los  miembros de la Segunda Sala de la Suprema 
Corte, los ministros José Fernando Franco González Salas;  Sergio A. 
Valls Hernández; Margarita Beatriz Luna Ramos; Sergio Salvador Aguirre 
Anguiano y Luis María  Aguilar Morales. Los legisladores tendrán que 
solicitar las supuestas pruebas de que se valieron los ahora acusados 
para emitir su veredicto en contra del SME.
Además
 del juicio político, los ministros tendrán que enfrentar el juicio de 
toda la sociedad mexicana y, por  supuesto, el juicio de la historia que
 aún está por escribirse sobre su desempeño, y no precisamente con  
letras de oro… 
Invitamos
 a todo México -próximamente- a sumarse a la petición de juicio político
 contra los malos elementos de la Corte a  través de 
www.renuncienministros.org.mx.
 
 
 
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