Nueva York, 16 de noviembre. El secretario general del sindicato minero, Napoleón Gómez Urrutia, actualmente refugiado en Canadá, fue distinguido con el premio anual de derechos humanos de la central obrera AFL-CIO.
El galardón de Derechos Humanos George Meany-Lane Kirkland fue entregado en Washington a Gómez Urrutia en una ceremonia en la sede de la organización sindical estadunidense por su presidente, Richard Trumka (anteriormente líder del sindicato minero en este país), y Leo Gerard, dirigente nacional del sindicato siderúrgico, (USW, por sus siglas en inglés) y entregado a Oralia Casso de Gómez, quien acudió en representación de su esposo.El gobierno de Estados Unidos negó una visa a Gómez Urrutia para que viajara desde Vancouver, Canadá, a recibir el premio. Líderes sindicales aquí protestaron y exigieron una explicación, pero el Departamento de Estado solamente dijo que la razón era un
asunto confidencial, lo que sindicalistas interpretaron como una
decisión política conjuntacon el gobierno de México, donde aún existen cargos contra Gómez Urrutia, quien los ha calificado de
falsosy parte de una
persecución política.
Trumka declaró que este premio se entrega
a un hombre con valor, quien nos ha demostrado lo difícil y lo importante que es ser el líder de un sindicato independiente. Los verdaderos sindicatos, los que están organizados para servir a los trabajadores velando por sus vidas y por salarios justos y beneficios decentes, son difíciles de encontrar y realmente los necesitamos en nuestra sociedad, dijo.
Afirmó que el movimiento sindical mundial
le debe mucho a Napoleón, y agregó que cuando el dirigente regrese a México
habrá un tremendo potencial para las reformas democráticas, que en parte serán encabezadas por los mineros.
Gerard, líder del poderoso USW, consideró que este premio es un reconocimiento
al liderazgo heroicode Napoleón Gómez Urrutia
para conseguir justicia económica para las familias trabajadoras mexicanas. Señaló que el galardonado continúa ejerciendo su liderazgo desde Canadá (donde llegó en 2006, cuando el gobierno de Vicente Fox buscó arrestarlo por 11 cargos), y que
la represión al movimiento laboral y los derechos humanos por el gobierno mexicano ha sido expuesta por medio del movimiento sindical mundial y debería ser condenada por todo gobierno. Subrayó que el USW continúa fortaleciendo su
alianza estratégicacon el sindicato minero mexicano.
Gómez Urrutia declaró desde Canadá que el reconocimiento a él y al sindicato minero
Los cargos criminales contra él y sus colegas, afirmó, fueron respuesta a las críticas, denuncias y trabajo de resistencia, por lo cual se considera
es un estímulo para seguir en la lucha por los derechos laborales y humanos. Agregó que
durante estos cinco años y medio he continuado desde el exilio con mi lucha por los derechos laborales, a pesar de que el gobierno mexicano no ha cesado con su persecución política sin precedente. Los sindicatos mexicanos siguen siendo acosados, oprimidos y censurados por el gobierno federal, el cual ha utilizado todos sus recursos para silenciar las voces de los trabajadores. A pesar de todo esto, hemos seguido con nuestra lucha global por la justicia, el respeto y la dignidad de los trabajadores, porque sabemos que contamos con el apoyo solidario de todas las entidades gremiales en todo el mundo.
Homicidio industrial
En teleconferencia de prensa, Gómez Urrutia recordó la historia de lo que califica como un intento de destruir sindicatos independientes en México, primero por el presidente Vicente Fox y continuado por el gobierno de Felipe Calderón. Acusó que Fox y Calderón explícitamente declararon su intención de debilitar y anular a sindicatos como el minero y después al electricista, que percibían como obstáculos a sus políticas proempresariales.
Recordó lo que llamó homicidio industrialcometido por los patrones en el caso de la mina Pasta de Conchos, en Coahuila, la huelga intervenida en Minera Cananea, así como los
ataquesde empresas como Grupo México y Grupo Peñoles, respaldados por acciones de represión del gobierno (incluyendo el congelar las cuentas del sindicato), como ejemplos de esta ofensiva antisindical.
Los cargos criminales contra él y sus colegas, afirmó, fueron respuesta a las críticas, denuncias y trabajo de resistencia, por lo cual se considera
un perseguido político en México.
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