La Jornada
Jueves 22 de marzo de 2012
Tres toneladas y media de historia le partieron el eje, dice Emiliano Silva desde el uno ochenta y tantos de su estatura, entornando sus ojos sonrientes. Se refiere al triste destino de una camioneta en que intentó trasladar los archivos de su bisabuelo, Vicente Lombardo Toledano, al espacio que hoy ocupa en la Universidad Obrera de México (UOM), en la calle de San Ildefonso, en el Centro Histórico de la ciudad de México.
Ver ahora ese tonelaje de documentos escrupulosamente ordenado en carpetas en cientos de estantes, causa vértigo; es abismarse a la veta sinfín de la historia, ahora resguardada merced a la digitalización que emprende la institución, en espera de los investigadores que la desentrañen.En conversación con La Jornada, Guillermo Lezama, director de la UOM, se remonta a los antecedentes de esta casa de estudios, a la fundación, en 1933, de la Asociación Pro Cultura Nacional, en la que intervinieron personajes como el propio Lombardo Toledano, Antonio Caso, Jesús Silva Herzog, Isaac Ochoterena, David Alfaro Siqueiros, Leopoldo Méndez, Xavier Guerrero y Agustín Yáñez, entre otros.
La asociación tuvo un complicado y sinuoso sendero, hasta desembocar, el 8 de febrero de 1936, en la fundación de la UOM, cuyo eje es la educación y la capacitación de los trabajadores y sus organizaciones gremiales, lo cual se mantiene hasta la fecha como reflejo de las luchas de los asalariados, no sólo del país, toda vez que hace honor a su vocación internacionalista.
Esta tradición se ha concretado en la solidaridad activa al acoger a exiliados de España, Alemania e Italia, entre otros países de Europa, y más recientemente de quienes huían del terror de la noche dictatorial en América.
Lezama relata que a la llegada de los españoles perseguidos por Franco, Lombardo Toledano los recibió en Veracruz y, en agradecimiento, los refugiados le entregaron en custodia la bandera que llevaban en el barco que los trajo a México.
Aún la tenemos en custodia y es un orgullos para nosotros, agrega.
Esa solidaridad también se ha manifestado en publicaciones, conferencias y cátedras, como las que dictaron los argentinos Aníbal Ponce y Ernesto Che Guevara, o los cubanos Juan Marinello, Fidel Castro o Nicolás Guillén, así como de haitianos, dominicanos como Juan Bosch, y brasileños, tales los casos de Francisco Juliáo o Luiz Inacio Lula da Silva.
Asimismo, dice orgulloso Guillermo Lezama, la UOM participó activamente en el Pacto de Chapultepec, que desembocó en los acuerdos Esquipulas I y II; refiere que en la sede de la universidad se dieron muchas de las negociaciones que condujeron al proceso de pacificación de Centroamérica.
Guillermo Lezama se lamenta de esa suerte de bache en que cayó la universidad en años recientes –de hecho, su cargo en la institución obedece a la preocupación por superar esa crisis–, pero de inmediato retoma el entusiasmo para informar que los cursos para los trabajadores y sus organizaciones continúan y que, además, tienen preparados dos diplomados, uno de un semestre y otro de un año, para estudiar la lucha sindical y la defensa de los derechos laborales desde una perspectiva actualizada, que tome en consideración la crisis global y el cierre de fuentes de empleo, de manera que los trabajadores puedan plantear su participación activa en el impulso de la productividad, con lo cual –agrega– se protegería el empleo y se abriría la posibilidad de incrementar los puestos laborales, con mejor paga y con dignidad para los asalariados y sus familias. Esto también activaría el mercado interno y daría empuje a la economía y el desarrollo del país.
Cita un dato aportado por La Jornada, en el sentido de que en México se han perdido 120 mil empresas.
Esto, tristemente, nos habla de que México se está convirtiendo en un país maquilero, y con ello la explotación de los trabajadores va a ser terrible, señala.
Añade que en la situación actual, en la que se opera un reflujo en la lucha de la generalidad de las organizaciones de trabajadores, la UOM continúa su labor con diversos gremios, además de haber renovado relaciones con la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, la Central Unitaria de Trabajadores y los sindicatos Mexicano de Electricistas y Único de Trabajadores de la Industria Nuclear, en el ámbito nacional, e internacionalmente con la Federación Sindical Mundial y la Confederación Sindical Internacional.
Entre sus planes futuros, la institución está en proceso de impartir las carreras de derecho, economía y nutrición.
Todo ello, con gran pasión y compromiso, por el trabajo que costó levantar la UOM y por la proyección que debe tener al futuro, concluye Guillermo Lezama.
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