El obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi.
Foto: Eduardo Miranda
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En una misiva dirigida a los medios, el prelado señaló que después de las elecciones realizadas el pasado domingo 1, muchos sólo piensan cómo acomodarse con los elegidos, qué ventajas podrán alcanzar o qué riesgos pueden correr.
Los obispos, indicó, no están exentos de ello, pero las decisiones que ellos toman no pueden depender “de cálculos oscuros e interesados, de ventajas personales o institucionales, sino de analizar cómo ser una Iglesia profética que anuncia el misterio de Cristo y denuncia lo contrario al Reino de Dios”.
Arizmendi Esquivel dijo que si bien la Iglesia está dispuesta a colaborar en la construcción de una sociedad justa y fraterna, lo decisivo es mantenerse fieles al proyecto de Jesús, que es buscar la gloria de Dios, la cual se manifiesta también en la vida digna del pueblo.
El obispo calificó de “inmoral” el hecho de que en las pasadas elecciones algunos candidatos se dedicaran a comprar el voto de los pobres, aprovechando su indigencia, o que recurrieran a trampas para cambiar los resultados.
“Es indigno que se regale dinero, que se obsequien comales, láminas, camisetas, gorras, refrescos, cubetas, o que se rifen muebles e inmuebles, con tal de convencer a los ciudadanos de votar por una persona”, expuso.
El líder religioso reprobó “el abusivo poder del dinero para tratar de influir en la decisión de los electores. Es vergonzoso –dijo– que se sigan dispendiando tantos recursos en publicidad por parte de todos los partidos. Es un dinero que ahora se convierte en basura, mucha ni siquiera reciclable”.
Y aseguró que pese a ese escenario, la Iglesia católica estará siempre dispuesta a colaborar desde su identidad y competencia para construir entre todos una patria mejor.
Asimismo, recordó que cuando la Iglesia manifiesta su preocupación en el ámbito público, lo hace legítimamente y con el fin de contribuir al bien común, no proponiendo soluciones políticas concretas, sino más bien ayudando a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos.
El obispo agregó que siempre estará en la mejor disposición de dialogar y colaborar con las autoridades civiles, para que la Iglesia pueda ser libre de hablar y proporcionar servicios para el bien común de modo plenamente conforme con los valores evangélicos.
Finalmente llamó a sus feligreses a tender puentes de comunicación con las autoridades civiles, “no para hacer tratos convenencieros ni para buscar privilegios, sino para ofrecerles información sobre las necesidades reales de nuestros pueblos, pues muchas veces no las conocen de cerca, o sus colaboradores no les presentan la realidad de las cosas”.
A los candidatos electos les pidió que tomen en cuenta lo que los pobres requieren y los consulten antes de tomar decisiones que les afecten.
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