Obrador pide a Calderón informar sobre presunto fraude.
Mientras que algunos seguidores de López Obrador reaccionaron con violencia ante expresiones contrarias al tabasqueño proferidas por un camarógrafo, otros se conformaron con arremolinarse ante el excandidato presidencial para intentar robarle un beso o una instantánea con su cámara fotográfica. Otros más, como la señora que cantó el Himno Nacional, festejaron con el brazo izquierdo en alto, como si hubieran ganado un premio… así expresaron su apoyo a López Obrador.
Aunque en reiteradas ocasiones el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) encabezado por Andrés Manuel López Obrador ha asegurado que su lucha –en esta ocasión por la defensa del voto–, es pacífica, algunos de sus simpatizantes ignoran ese postulado y se han vuelto agresivos con la prensa en general, a cuyos representantes identifican con Televisa, Televisión Azteca o el diario Milenio.
Este miércoles, durante el Festival por la Democracia, la Dignidad y Libertad de México, una seguidora de López Obrador, morena, con el cabello rojizo, de baja estatura y complexión robusta, intentó golpear a un camarógrafo que se atrevió a pedirles el paso para grabar al tabasqueño.
Al ver que no tuvo efecto su petición, el camarógrafo comentó: “Pero si ya perdió la elección”. Esa frase desató la furia de la seguidora morena de López Obrador, y comenzó a azuzar a sus acompañantes:
“Dice que ya perdió, entonces ¿qué hace aquí? Sáquenlo, sáquenlo”, gritaba encolerizada. “Seguro son de Televisa o de TV Azteca”, sentenció.
Representantes de otros medios de comunicación le pidieron que se calmara y no agrediera al camarógrafo, pero su respuesta fue más agresiva: “¿Estás con él? ¿Tú también piensas como él? ¡Qué se vaya si cree que ya perdió!”.
De inmediato, otros simpatizantes pretendieron calmar los ánimos: “No a la violencia, no a la violencia”. La señora siguió gritando a los reporteros: “Vendidos, todos son unos vendidos”, expresó.
Cuando alguien volteaba a verla, gritaba: “¿Qué me ves baboso?” Después le reclamaron su actitud, pero no hizo caso.
La idea del equipo de López Obrador en la visita a este festival “pacífico” era que el tabasqueño recorriera las carpas. Con retraso había llegado la escritora Elena Poniatowska, quien lo acompañaría. El escritor Paco Ignacio Taibo II pidió a la gente que no se arremolinara en torno a Andrés Manuel para que pudiera ver la exposición. Fue una recomendación que no hizo eco.
Después de la entrevista con la prensa, la gente, con celular en la mano, intentó acercarse al tabasqueño para tomarse una fotografía con él. Imposible.
Fotógrafos,
camarógrafos, gente con celulares y mujeres que querían darle un beso o
saludarlo, impidieron que López Obrador viera la exposición fotográfica
“Testimonios en Resistencia”, que escuchara las canciones en el “Foro
de Música y Teatro”, o que apreciara los carteles hechos por el
Movimiento #Yosoy132 o las caricaturas de Naranjo, Helioflores, Helguera
que se expusieron por todas las carpas. Ni un libro pudo comprar.
En
este acto cultural como parte de la resistencia hubo de todo: venta de
películas de culto y documentales desde 20 a 45 pesos. Rompecabezas con
pasajes históricos, a cien pesos. Dibujos como “Palabras de Poder.
Soranima Fédel Exiuuyt”, de Juan Luis Villanueva Zamudio, quien también
hizo un collage con recortes de periódicos. Los cuadros del
“Dark Artist” titulados “Peñacula”, que es la cara de Enrique Peña Nieto
como si fuera un vampiro y “Los PRITERES”, políticos priistas
manipulados como títeres por el mexiquense.
Los títulos de las
obras pictóricas muestran el ánimo de sus autores: “El Infierno 2012”,
de Inda Sáenz; “Lamento de la Democracia”, de Enrique Landgrave… La
carpa del Movimiento #Yosoy132 reza: “Jóvenes ante el desastre y la
emergencia nacional”.
En este Festival por la Democracia, Dignidad
y Libertad de México cada quien se expresó “como se pudo, con lo que
pudo y hasta dónde pudo”.Como aquella mujer que fue elegida por Taibo II para cantar el Himno Nacional porque admitió que él canta “de la chingada”. La mujer estaba tan emocionada que brincaba de alegría, lo que provocó la risa de algunos. Entonó cada estrofa con el puño izquierdo en alto. Cuando terminó, se fue brincando como una niña saltando una cuerda. Otra vez la gente sonrió.
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