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Federico Arreola
@FedericoArreola
lun 18 nov 2013
Según la columna Templo Mayor del diario Reforma, “si la
cantidad de personas que se concentraron ayer en el Zócalo es un
indicador de la popularidad y la influencia que ha recuperado Cuauhtémoc
Cárdenas al interior del PRD, de una vez que le entreguen las llaves
del despacho de la presidencia nacional perredista”. Porque “para una
ciudad acostumbrada a ver cómo desde hace 13 años sólo Andrés Manuel
López Obrador llenaba la Plaza de la Constitución, causó sorpresa la
respuesta que hubo de las huestes de la izquierda al llamado del
ingeniero”.
Por sorpresiva que haya resultado a los editores de Reforma
la asistencia al mitin perredista que tuvo como figura principal al
ingeniero Cárdenas, lo cierto es que ahí hubo menos gente que en la más
reciente concentración organizada por AMLO.
Las fotos del propio diario Reforma no dejan lugar a dudas:
Reforma, bajo el encabezado “Una izquierda; dos protestas”,
comparó el mitin de Andrés Manuel en el Zócalo del pasado 27 de octubre
con el de ayer de Cuauhtémoc Cárdenas.
Claramente se ve más concurrido el mitin de AMLO y Morena que el de
Cuauhtémoc y el PRD, a pesar de que no pocos observadores coincidieron
el 28 de octubre pasado en señalar que la concentración de un día antes
había sido la menos numerosa presidida por Andrés Manuel, en varios
años, en el Zócalo.
Así lo dijo hasta un columnista como Julio Hernández, de La Jornada, al que nadie puede acusar de estar entre los periodistas especializados en calumniar al líder tabasqueño:
“La nueva toma del Zócalo capitalino por Andrés Manuel López Obrador
no tuvo ni la cuantía ni el impacto que el retorno a la plaza
emblemática hacía suponer… la suma de este domingo no fue tan
apabullante como en ocasiones anteriores, a pesar de la gravedad del
momento reformista que vive el país…”
Pues bien, el mitin de ayer del ingeniero Cárdenas y el PRD contó
todavía con un menor número de asistentes que la concentración menos
concurrida de AMLO, a pesar de que, como dijo Héctor Palacio en
SDPnoticias, el PRD pobló el Zócalo de banderas y mantas para generar la
percepción, falsa, de un Zócalo lleno.
Le faltó añadir al columnista Palacio que, además de banderas y mantas, en el Zócalo hubo ayer domingo muchos acarreados.
La crónica de Humberto Ríos, de Milenio, lo expresa con
claridad: “Los citados resistían en medio de la resolana, muchos de
ellos en ayuno, pues venían de lejos, aunque más tarde serían premiados
con refrigerios repartidos en calles adyacentes. El cansancio, sin
embargo, les haría arrastrar los pies y algunos optarían por embutir
pancartas y gallardetes en los primeros botes de basura que
encontraron; y ahí quedarían, repletos, como penachos de banderillas”.
Enrique Méndez en La Jornada dijo lo mismo: “Delegados,
diputados y senadores del PRD cumplieron la encomienda de su dirigencia
de aportar una cuota de personas trasladadas, principalmente, desde las
colonias de las delegaciones donde tienen influencia”.
En el mismo diario de izquierda, Julio Hernández comentó que “a pesar
de contar con vigorosos afluentes económicos desde gobiernos
delegacionales capitalinos, arcas partidistas oficiales y benevolencias
pactistas extraoficiales, el PRD-Chucho no logró ni siquiera acercarse a
las peores marcas de asistencia del lopezobradorismo en la Plaza de la
Constitución. El acto organizado por el sol azteca bajo la
intencionalmente imprecisa consigna de ‘Modernizar sin privatizar’ contó
con un elenco notable en el templete pero careció de pasión y
credibilidad”.
El “elenco notable en el templete” lo integraban, además de
Cuauhtémoc Cárdenas, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel
Mancera; el gobernador de Tabasco, Arturo Núñez; el presidente del PRD,
Jesús Zambrano; el coordinador de los diputados federales, Silvano
Aureoles; René Bejarano, de IDN, y Amalia García, del Foro Nuevo Sol,
entre otros perredistas.
Entre los notables destaca Marcelo Ebrard, quien como expresó Julio
Hernández “pareciera ir quedando fuera del espectro del sol azteca”.
En el templete, la burocracia perredista notó la ausencia de Ebrard.
Según la columna Trascendió de Milenio, “en la protesta En Defensa del
Petróleo, el tema más comentado fue el berrinche de Marcelo Ebrard, cuya inasistencia, muy en corto, fue celebrada por Carlos Navarrete, el candidato de Los Chuchos a la dirigencia nacional del PRD”.
El mitin de ayer deja varias cosas en claro:
1.- AMLO y Morena tienen mayor capacidad de
convocatoria que Cárdenas, los chuchos, el PRD, el GDF y dos gobiernos
estatales perredistas juntos.
2.- El dinero y el poder político de la izquierda,
representado por el presupuesto que manejan los chuchos y por
gobernantes como Mancera, Núñez y Graco, están con el PRD y no con
Morena.
3.- La autoridad moral, representada por algunos de
los mejores intelectuales que hay en México, está con Morena y AMLO y no
con el PRD, Cárdenas y los chuchos. Siempre en los mítines de López
Obrador participan destacados intelectuales y artistas, mientras que el
perredismo cada día opera más como el reino de la burocracia, maniobrera
y sin duda eficaz, pero burocracia al fin y, por tal razón, sin
credibilidad.
4.- No han impresionado a nadie los mítines de
izquierda para “defender el petróleo”, ni el de AMLO del 27 de octubre,
el menos concurrido en años de activismo de López Obrador, ni el de ayer
del PRD y Cuauhtémoc, que tuvo todavía menos gente.
5.- La izquierda sigue apostando a su división. No
solo porque el PRD, los chuchos, Cuauhtémoc, Mancera, Núñez y Graco
caminan por su lado, mientras que AMLO, Morena y los mayores
intelectuales de izquierda caminan por otra vía, sino también porque
Marcelo Ebrard claramente ha roto con el perredismo y no está motivado
para solicitar su registro en Morena, donde sería bien recibido, pero
como uno más, no como dirigente máximo que es lo único que el antecesor
de Mancera quiere ser; en Morena solo hay un líder, López Obrador, que
no compartirá el mando con nadie.
6.- Con protestas tan pequeñas como las recientes de
Morena y el PRD y con la izquierda tan dividida, perderá motivos para
preocuparse el presidente Enrique Peña Nieto, quien podrá sacar
adelante, este mismo año, la reforma energética, que inclusive podría
moverse un poco a la derecha, de tal modo de garantizar el apoyo del
PAN; sí, exactamente como ocurrió con la reforma hacendaria, que se
movió a la izquierda para asegurar los votos del PRD en el Senado y la
Cámara de Diputados
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